martes, 7 de febrero de 2023

Sueño ciudadano

- Y dígame ministro, ¿por qué fue que renunció?

- Es que la cosa no daba para más, no tiene arreglo.

- Pero imagino que cuando aceptó el cargo usted ya lo sabía y habrá tenido un plan, ¿verdad?

- ¡Por supuesto!

- ¿Y qué pasó con el plan?

- Y... No pudo cumplirse, pasaron cosas en medio.

- Ah, el famoso "pasaron cosas". Pero todo plan que se precie de tal debe tener en cuenta las contingencias, ¿no?

- Sí, sí, claro, pero en este país no hay preparativos que valgan. Es como un cuento de fantasía y te terror a la vez.

- Eso lo entiendo. ¿Y me podría decir cuál era el plan? Porque ni antes de asumir su cargo, ni después, lo supimos. 

- Er... bueno, es un poco complicado.

- Tengo tiempo y creo que podría entender incluso la complejidad que plantea. Ah, y por favor, no se deje intimidar por la pistola. Era la única forma de llegar a hablar con usted. Pero espero que podamos tener una conversación honesta de todos modos.

- Bueno es difícil hablar si a uno lo apuntan...

- Sólo ignórela. Volviendo a su plan, déjeme ayudarlo un poco: ¿Consideró bajar el gasto público?

- Ehmmm... no...

- ¿Y bajar los impuestos a las pymes, para incentivar la producción?

- No... Tampoco.

- Entonces quizás su plan se basó en emitir billetes...

- Mire, la verdad es que veces la situación lleva a improvisar…

- O sea que no hubo plan.

- Bueno... no es tan así.

- Mire, no me conteste más. Veo que su compulsión a mentir es incluso más fuerte que el amor a su vida. Pero le voy a dar una oportunidad de redimirse.

- ¿Cómo?

- Usted ha asumido un cargo, el pueblo ha pagado su sueldo, y no ha hecho nada más que empeorar las cosas. Entonces, lo justo sería que devuelva lo que ganó, más intereses y actualizado con la inflación que usted mismo generó.

- Lo que me está pidiendo es una locura!

- No. Locura es asumir sin estar capacitado. Eso o codicia. Hacer mal e irse es de cobardes. Y mire que le estoy pidiendo que devuelva sólo su sueldo, sin pagar las costas de todo el daño que causó.

- ¡Pero usted no puede pedirme eso!

- No lo tome personal. En éste preciso momento hay un compañero de la organización hablando con la actual ministra, tal cual yo lo estoy haciendo con usted. Y unos cuantos más hablando con otros funcionarios y exfuncionarios. 

- ¿Organización? ¿Qué organización?

- No tenemos nombre todavía. Sólo somos un grupo de ciudadanos hartos de que los políticos nos roben que hemos decidió actuar. Pocos por ahora, pero se van sumando.

- Pero lo que ustedes hacen es ilegal!

- Somos conscientes de ello. Pero creemos que es menos grave que lo que hacen ustedes. Y considerando que las leyes también las hacen ustedes, no lo vemos ni siquiera inmoral.

- ...

- Pero sigamos con nuestro asunto. Si usted devolviera lo que "robó" -entre comillas- podría vivir. Y como le dije, ignoraríamos las consecuencias que su inacción en su puesto pueda acarrear a futuro. Yo lo veo como una ganga. Aproveche, que no sé cuánto tiempo va a estar disponible.

- ¡Yo cobré por desempeñar ese cargo durante ese tiempo!

- ¡No señor! ¡Ningún puesto de trabajo paga por el tiempo! ¡Se paga por lo que usted sabe y debe hacer!

- Es que no todo depende de uno. Hay factores externos...

- Si fuera un cargo común y corriente, alguien habría determinado su idoneidad antes de entrar. Al no haberse hecho, recae sobre usted la responsabilidad. Imagínese si yo, siendo fontanero, me ofrecieran un puesto de piloto de aviones, y lo tomara sólo porque pagan mejor, poniendo en riesgo la vida de miles de personas. 

- Pero no es lo mismo.

- No, es peor, porque usted puso en riesgo la vida de todo un país. Sólo que de manera indirecta.

- Mire, está bien, voy a devolver el dinero.

- Bien. Espero que su decisión sea fruto de nuestra conversación y no de que estoy amenazando su vida. Y que cumpla lo que ahora dice, pues la próxima vez no hablaremos. Buenas noches.