Día 3: La desgracia.
Los agentes deciden recobrar fuerzas, pero con algo mas sólido que la cerveza.
Luego de buscar el lugar mas apropiado (barato) deciden arriesgarse en un Quick.
Los Quick son unos restaurantes de comida rápida, clones de la famosa marca de los arcos y el payaso en el banco.
El riesgo era real, puesto que previas experiencias en sendas sucursales de esta cadena de restaurantes en París, les habian dejado un mal sabor (literalemente).
Luego del pedido, y de comprobar que la comida no era tan mala, estaban planificando el resto del dia, cuando Cerebrado siente la llamada de la naturaleza.
Al llegar al lugar apropiado para responder dicho llamado, se percata que, como todo en Europa, el uso del servicio era honeroso.
Como la cosa empezaba a urgir, no era cuestión de reatacear en el precio, así que al tantear la billetera cae en la cuenta que un "hijo de un tren carguero lleno putas sifiliticas cogedoras de gays donadores de semen transportado en la boca" -segun palabras textuales- se la había birlado.
Poca gente, como nuestros agentes, puede decir que conoce la comisaria de Brujas.
Poca gente puede decir que pasó mas de 3 horas en un ciber-cafe en Brujas.
Poca gente sabe que el unico numero de atencion al cliente del Citi es un 0800.
Casi nadie sabe por que skype no marca este tipo de numeros.
En fin, luego de esa ajetreada tarde, haciendo la denuncia, tratando de cancelar tarjetas argentinas y francesas, nuestros agentes se encuentran apenas empezado el viaje solo con 100 Euros y los pasajes a dos destinos mas.
O sea, sin plata y sin poder volver al origen.
viernes, 24 de julio de 2009
sábado, 18 de julio de 2009
Viaje por Europa (II)
Parte I
Día 2: Reconocimiento de Brujas y su ícono.
Ya desayunados y con las energías repuestas (no significa que esa noche hayan gastado mas energía que la acostumbrada) los agentes Cerebrado y Leprechaum enfrentan la tarea de reconocer el terreno de Brujas.
El plan A consiste en lograr contactos locales o que ya conozcan la zona, a fin de poder determinar los sitios mas baratos, o de mejor calidad, o donde se hable inglés, español o algún otro idioma que sea entendible.
Fracasa.
Plan B: No hay.
Reformulación del plan B: Improvisar.
Los agentes recorren la zona tomando fotografías de edificios, arquitectura y calles curvas, hasta que se cruzan por casualidad con el ícono de Brujas: Un campanario.
Aquí es donde Cerebrado se pregunta, en un paréntesis, si los seres humanos comunes y corrienes están locos, o eso sólo ocurre en modalidad "turista". ¿Es realmente TAN importante un campanario?
Con la intención de pasar desapercibidos, deciden subir al campanario. Claro que la intención tiene su precio... 8 euros per cápita, para ser exactos.
Una vez hecha la cola (porque había que hacer cola, con eso de los humanos en modo "turista"...) logran acceder a... no hay ascensor !!!
Un cartel reza en varios idiomas: 366 escalones. Cartel sólo visible despues de pasar por caja, obviamente.
La escalera es una escalera caracol, con escalones diseñados para que alguien suba o baje (tómese ese "o" en modo exclusivo). Pero, claro, el modo "turista" le quita raciocinio a los humanos, y por esas escaleras de ancho mínimo suben y bajan personas, con todo el riesgo de perder los tobillos ante un mal paso.
Cerca de la mitad del recorrido hay un descanso. Nuestros agentes llegan, transpirados, maldiciendo, pero todo tiene un costado bueno. De ésta experiencia se desprende que debemos reformular el programa de entrenamiento físico de los agentes.
Finalmente en el descanso uno puede apreciar toda la ... nada que hay allí.
Luego de ese descanso, la escalera se va haciendo mas y mas angosta, lo que complica el paso de las personas que vienen en dirección contraria, profiriendo algún que otro insulto a nuestro agentes, que sin entender ni el idioma, ni el insulto, ni que sus mochilas quitaban el poco espacio físico disponible, seguían imperturbables en su ascenso a la cima.
Fin de la escalera! Nuestros agentes ya casi saborean la victoria.
Muchos mas transpirados, con las piernas al borde del calambre, temblando y agitados llegan. Y ahora sí se puede ver... menos nada que en el anterior descanso.
De hecho, hay tan poca nada que es claramente visible una puertita a un costado, donde uno al asomarse encuentra, sorpesivamente, OTRA MALDITA ESCALERA !!!
Y a modo de infomación un cartelito que dice que aún falta un tercio.
La siguiente escalera es mucho mas angosta, con gente bajando a mas frecuencia, lo que por supuesto es directamente proporcional a las miradas asesinas de las personas que bajan y se topan con semejantes mochilas (no nuestros agentes, sino las mochilas que ellos llevaban).
Escalones mas, escalones menos, llegan a la cima donde hay un par de campanas (cosa que no sorprende, porque el lugar es un campanario) con un mecanismo de reloj enorme.
Claro que tratar de fotografiar esas campanas y el reloj es complicado, pues están dentro de una jaula con alambre "picado fino". "Parecía un gallinero" informaría luego, uno los agentes.
Pero también desde allí, a través de los enormes ventanales se podía ver toda Brujas, que debería ser un premio mas que merecido, si no fuera porque los ventanales también están alambrados.
Desilusionados, nuestros agentes comienzan el descenso. Uno de ellos comenta, "ahora es más fácil" y el otro contesta "claro, porque hay algo que ayuda, se llama gravedad".
Error. Si bien bajar debería ser más fácil, hay mas personas viniendo en sentido opuesto por esas escaleritas... y ya se sabe, vienen en modo "turista" y a esa altura ya exhaustos, no se les puede pedir que razonen.
Un infierno y 366 escalones mas abajo, nuestros agentes deciden que la mejor manera de recobrar la energía perdida es un complemento de cebada y alcohol. Salen raudamente (bueno, todo lo raudamente que sus piernas les permiten) en busca de cervezas locales... o extranjeras (a esa altura poco importaba).
Continuará...
Día 2: Reconocimiento de Brujas y su ícono.
Ya desayunados y con las energías repuestas (no significa que esa noche hayan gastado mas energía que la acostumbrada) los agentes Cerebrado y Leprechaum enfrentan la tarea de reconocer el terreno de Brujas.
El plan A consiste en lograr contactos locales o que ya conozcan la zona, a fin de poder determinar los sitios mas baratos, o de mejor calidad, o donde se hable inglés, español o algún otro idioma que sea entendible.
Fracasa.
Plan B: No hay.
Reformulación del plan B: Improvisar.
Los agentes recorren la zona tomando fotografías de edificios, arquitectura y calles curvas, hasta que se cruzan por casualidad con el ícono de Brujas: Un campanario.
Aquí es donde Cerebrado se pregunta, en un paréntesis, si los seres humanos comunes y corrienes están locos, o eso sólo ocurre en modalidad "turista". ¿Es realmente TAN importante un campanario?
Con la intención de pasar desapercibidos, deciden subir al campanario. Claro que la intención tiene su precio... 8 euros per cápita, para ser exactos.
Una vez hecha la cola (porque había que hacer cola, con eso de los humanos en modo "turista"...) logran acceder a... no hay ascensor !!!
Un cartel reza en varios idiomas: 366 escalones. Cartel sólo visible despues de pasar por caja, obviamente.
La escalera es una escalera caracol, con escalones diseñados para que alguien suba o baje (tómese ese "o" en modo exclusivo). Pero, claro, el modo "turista" le quita raciocinio a los humanos, y por esas escaleras de ancho mínimo suben y bajan personas, con todo el riesgo de perder los tobillos ante un mal paso.
Cerca de la mitad del recorrido hay un descanso. Nuestros agentes llegan, transpirados, maldiciendo, pero todo tiene un costado bueno. De ésta experiencia se desprende que debemos reformular el programa de entrenamiento físico de los agentes.
Finalmente en el descanso uno puede apreciar toda la ... nada que hay allí.
Luego de ese descanso, la escalera se va haciendo mas y mas angosta, lo que complica el paso de las personas que vienen en dirección contraria, profiriendo algún que otro insulto a nuestro agentes, que sin entender ni el idioma, ni el insulto, ni que sus mochilas quitaban el poco espacio físico disponible, seguían imperturbables en su ascenso a la cima.
Fin de la escalera! Nuestros agentes ya casi saborean la victoria.
Muchos mas transpirados, con las piernas al borde del calambre, temblando y agitados llegan. Y ahora sí se puede ver... menos nada que en el anterior descanso.
De hecho, hay tan poca nada que es claramente visible una puertita a un costado, donde uno al asomarse encuentra, sorpesivamente, OTRA MALDITA ESCALERA !!!
Y a modo de infomación un cartelito que dice que aún falta un tercio.
La siguiente escalera es mucho mas angosta, con gente bajando a mas frecuencia, lo que por supuesto es directamente proporcional a las miradas asesinas de las personas que bajan y se topan con semejantes mochilas (no nuestros agentes, sino las mochilas que ellos llevaban).
Escalones mas, escalones menos, llegan a la cima donde hay un par de campanas (cosa que no sorprende, porque el lugar es un campanario) con un mecanismo de reloj enorme.
Claro que tratar de fotografiar esas campanas y el reloj es complicado, pues están dentro de una jaula con alambre "picado fino". "Parecía un gallinero" informaría luego, uno los agentes.
Pero también desde allí, a través de los enormes ventanales se podía ver toda Brujas, que debería ser un premio mas que merecido, si no fuera porque los ventanales también están alambrados.
Desilusionados, nuestros agentes comienzan el descenso. Uno de ellos comenta, "ahora es más fácil" y el otro contesta "claro, porque hay algo que ayuda, se llama gravedad".
Error. Si bien bajar debería ser más fácil, hay mas personas viniendo en sentido opuesto por esas escaleritas... y ya se sabe, vienen en modo "turista" y a esa altura ya exhaustos, no se les puede pedir que razonen.
Un infierno y 366 escalones mas abajo, nuestros agentes deciden que la mejor manera de recobrar la energía perdida es un complemento de cebada y alcohol. Salen raudamente (bueno, todo lo raudamente que sus piernas les permiten) en busca de cervezas locales... o extranjeras (a esa altura poco importaba).
Continuará...
martes, 14 de julio de 2009
Viaje por Europa (I)
Codigo de la mision: Viaje por Europa.
Itinerario: 1 Día en Brujas, 1 Día en Bruselas, 2 días en Amsterdam.
Personal Asignado: 2 agentes (code names: Leprechaum y Cerebrado)
Objetivo primario: Testeo del alcohol de ciudades lejanas.
Objetivo secundario: Reconocimiento esas ciudades lejanas (Si se puede).
Resultado Esperado: Cumplir los objetivos, no tomar rehenes y salir de allí con vida.
Resumen de la misión y motivos del fracaso:
Durante los preparativos, la misión comenzó a denotar algunos desajustes que deberían haber dado por terminada la misma aún antes de empezar, por ejemplo el agente Leprechaum consigue olvidarse del código de su tarjeta de débito por tercera vez, mientras intenta hacer una extracción, permitiendo que el cajero automático se quede con ella justo el día antes de partir, dejando solo al agente Cerebrado la posibiliadd de obtener dinero en efectivo. La misión no se aborta, dando lugar a los siguientes hechos.
Día 1: Destino Brujas.
Por un error del departamento de logística, nuestros agentes esa noche no tenían reservaciones para alojarse. Se confía en la pericia y profesionalismo de nuestros agentes para improvisar y solventar ésta situación (Se creer que éste fue el primer error, confiar en ellos)
Los agentes arriban a destino sin novedad a las 23:30 hs. Recorren el terreno desconocido de noche, sin brújulas, sin pertrechos, sin alimentos ni bebidas, intentando encontrar un hotel que no esté completo.
Dichas pericia y profesionalismo de los agentes paulatinamente son reemplazados por pánico y desesperación, lo que los lleva a tomar algunas medidas extremas y fuera de protocolo, como intentar forzar cada una de las puertas de edificios que son (o en algunos casos, parecen) lugares de alojamiento. Con un poco de suerte y mucha audacia, entran a un hotel que parecia estar (o estaba) cerrado y obtienen una habitación, no sin notar que el encargado los miraba lascivamente.
Sin darle mucha importancia a ésto, salen a recorrer la ciudad, buscando cumplir el objetivo primario, cosa que consiguen satisfactoriamente al encontrar que los precios de Brujas eran sensiblemente menores a los de París. Comen y beben como fueron instruidos (es decir, como cosacos), y se retiran a descansar con la conciencia limpia de haber cumplido una parte importante de su misión y de un primer día exitoso.
Exito que se vió un poco empañado, al ingresar a la habitación, y comprobar que la cama era matrimonial, y que la mirada del encargado sugería la posibilidad de que nuestros agentes fueran homosexuales.
Primer golpe psicológico, pero nada que un agente bien entrenado y seguro de su sexualidad no pudiera resolver.
Los agentes simulan que duermen en lados opuestos del colchón pero en realidad estan mas preocupados por mantenerse lo mas alejados posible el uno del otro y evitar roces accidentales.
A la mañana siguiente, mal dormidos, y entrando al comedor a desayunar, nuestros perspicases agentes se percatan que, al parecer, todos los inquilinos del hotel son parejas, y que efectivamente fueron tomados por homosexuales (informes posteriores indicarían luego que Brujas es un lugar elegido por las parejas para pasar su luna de miel)
Aún con la instrucción física y psíquica de nuestros agentes, se hace duro enfrentar éstas presunciones, y no ayuda para nada el comprobar que el unico lugar disponible para desayunar es un una mesita ratona, con una vela aromática encendidas, rodeada de un sillon esquinero bajito, muy pero muy gay.
Post informe: Uno de los agentes aclara que la velita estaba "pre-cio-sa".
Itinerario: 1 Día en Brujas, 1 Día en Bruselas, 2 días en Amsterdam.
Personal Asignado: 2 agentes (code names: Leprechaum y Cerebrado)
Objetivo primario: Testeo del alcohol de ciudades lejanas.
Objetivo secundario: Reconocimiento esas ciudades lejanas (Si se puede).
Resultado Esperado: Cumplir los objetivos, no tomar rehenes y salir de allí con vida.
Resumen de la misión y motivos del fracaso:
Durante los preparativos, la misión comenzó a denotar algunos desajustes que deberían haber dado por terminada la misma aún antes de empezar, por ejemplo el agente Leprechaum consigue olvidarse del código de su tarjeta de débito por tercera vez, mientras intenta hacer una extracción, permitiendo que el cajero automático se quede con ella justo el día antes de partir, dejando solo al agente Cerebrado la posibiliadd de obtener dinero en efectivo. La misión no se aborta, dando lugar a los siguientes hechos.
Día 1: Destino Brujas.
Por un error del departamento de logística, nuestros agentes esa noche no tenían reservaciones para alojarse. Se confía en la pericia y profesionalismo de nuestros agentes para improvisar y solventar ésta situación (Se creer que éste fue el primer error, confiar en ellos)
Los agentes arriban a destino sin novedad a las 23:30 hs. Recorren el terreno desconocido de noche, sin brújulas, sin pertrechos, sin alimentos ni bebidas, intentando encontrar un hotel que no esté completo.
Dichas pericia y profesionalismo de los agentes paulatinamente son reemplazados por pánico y desesperación, lo que los lleva a tomar algunas medidas extremas y fuera de protocolo, como intentar forzar cada una de las puertas de edificios que son (o en algunos casos, parecen) lugares de alojamiento. Con un poco de suerte y mucha audacia, entran a un hotel que parecia estar (o estaba) cerrado y obtienen una habitación, no sin notar que el encargado los miraba lascivamente.
Sin darle mucha importancia a ésto, salen a recorrer la ciudad, buscando cumplir el objetivo primario, cosa que consiguen satisfactoriamente al encontrar que los precios de Brujas eran sensiblemente menores a los de París. Comen y beben como fueron instruidos (es decir, como cosacos), y se retiran a descansar con la conciencia limpia de haber cumplido una parte importante de su misión y de un primer día exitoso.
Exito que se vió un poco empañado, al ingresar a la habitación, y comprobar que la cama era matrimonial, y que la mirada del encargado sugería la posibilidad de que nuestros agentes fueran homosexuales.
Primer golpe psicológico, pero nada que un agente bien entrenado y seguro de su sexualidad no pudiera resolver.
Los agentes simulan que duermen en lados opuestos del colchón pero en realidad estan mas preocupados por mantenerse lo mas alejados posible el uno del otro y evitar roces accidentales.
A la mañana siguiente, mal dormidos, y entrando al comedor a desayunar, nuestros perspicases agentes se percatan que, al parecer, todos los inquilinos del hotel son parejas, y que efectivamente fueron tomados por homosexuales (informes posteriores indicarían luego que Brujas es un lugar elegido por las parejas para pasar su luna de miel)
Aún con la instrucción física y psíquica de nuestros agentes, se hace duro enfrentar éstas presunciones, y no ayuda para nada el comprobar que el unico lugar disponible para desayunar es un una mesita ratona, con una vela aromática encendidas, rodeada de un sillon esquinero bajito, muy pero muy gay.
Post informe: Uno de los agentes aclara que la velita estaba "pre-cio-sa".
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